Tejiendo Redes
2014
Comencé a pensar este proyecto en Buenos Aires, hace un tiempo, con la idea de intervenir parques de la ciudad, empezando por uno en especial el que queda cerca de donde vivo. No tenía resuelto el material y junto con Pao Volk e Ivonne Jacob nos pusimos a investigar sobre plásticos reciclados a partir de botellas y sachets de leche. Fundimos, cortamos, unimos, tejimos, exploramos. La investigación quedó en suspenso por un tiempo.
Apareció la posibilidad de una residencia para artistas organizada por Oncelibre-Articultores a realizarse en una Escuela primaria en Labordeboy, un pueblo de la provincia de Santa Fe. El material se definió, decidí trabajar con estructuras de alambre y tejerlas con tiras de jersey que provienen del desperdicio de la industria textil. No tenía muy claro el cómo ni el por qué en ese momento, sabía que quería desarrollar objetos escultóricos que pudieran convivir en diferentes espacios y situaciones, como una construcción colectiva.
El viaje empezó desde que supe que podía participar, comencé a imaginarme la escuela, los aromas, la gente, el taller.
Antes de llegar a Labordeboy estuve en otro pueblo en la provincia de San Luis, todo sucedió de un modo casual y casi preparatorio. Allí pude tomar contacto con esa atmósfera no urbana que también me remite a otras vivencias y hermosos recuerdos de viajes. Estando en esa inmensidad, en esa "nada" que lo tiene todo, se hizo presente el pasado, ese enigma que siempre vuelve.
Los materiales que había elegido para trabajar se vinculan a mi historia familiar: el alambre y todo su proceso me llevan a ese espacio casi prohibido que era el trabajo de mi papá, a ese misterio que se hacía gigante muchas veces. El tejido tiene el olor de mi abuela materna, el calor de sus manos fuertes, el tiempo detenido fuera de cronos y también el corte abrupto que me impidió adquirir su oficio, hurgar entre sus agujas y lanas, descubrir un universo que intento recuperar.
Luciana del Mastro
Publicado el 6 de febrero de 2014